La base de la psicoterapia cognitiva no es otra cosa que una forma de entender cómo piensa uno acerca de sí mismo y de otras personas, y cómo nuestros pensamientos sobre un hecho, un problema o una situación, nos afectan.

Según esta terapia psicológica, para producir cambios emocionales permanentes y profundos, se hacen necesarios cambios filosóficos profundos, es decir, una evaluación considerable de la realidad.

La tendencia de la naturaleza humana es proyectar los deseos como necesidades. Necesidades apremiantes e irremediables en su conseguimiento.

A lo largo de la historia del pensamiento, desde la antigua Grecia  «la proyección del deseo en necesidad” ha sido un defecto observado, analizado y evaluado en sus consecuencias. El hacernos esclavos de necesidades inventadas es la mejor forma de perder el tiempo, constituyéndose en la peor de las consecuencias de esta forma errónea e inconsciente del pensamiento humano.

He sido fumador durante muchos años. Alguien me preguntó una vez por qué fumaba y le contesté: porque lo necesito, necesito fumar, y lo grave es que sé que me estoy matando al hacerlo.

En otro momento, y con motivo de la visita de un buen amigo al que no veía desde hacia tiempo, mi familia aprovechó la ocasión para sacar en la tertulia el tema de mi “irracional hábito”. Mi amigo, tomó la palabra y con tono piadoso y comprensivo me argumentó lo siguiente:

“Mira, a mí me pasaba lo mismo, había llegado un momento que no sabía porqué fumaba…. ¿inercia, dependencia, hábito…?. Yo creo que era miedo. Más bien pánico a tener que sufrir. Suponía que la abstinencia del tabaco me causaría un dolor terrible. ¿Cómo iba a dejar de fumar si cuando llevaba dos horas, como máximo, sin fumar, no podía pensar en otra cosa que en mi “necesidad”?. Era como el hambre o la sed. Era una necesidad que tenía que ser saciada.”

Un día, y todavía no sé porqué, decidí alargar mi tiempo record de dos horas. Estuve siete horas sin fumar, y como el dolor que sentí no fue tan grande, lo seguí alargando. Lo convertí en algo parecido a un reto, pero conforme el intervalo de abstinencia se fue alargando y alargando, me fui animando al comprobar que podía resistir y que no estaba resultando tan doloroso como me lo había imaginado. Seguí resistiendo y me di cuenta que cada vez me costaba menos, y así, poco a poco, he conseguido llegar hasta el día de hoy, con un periodo de abstinencia de 10 años. A mi me pasó esto: como psicólogo sabes que cada persona es un mundo. Cada uno tenemos nuestros motivos, actitudes, capacidad de resistir y nuestras experiencias, pero indiscutiblemente cuando a cualquier fumador le preguntes porqué fuma, estoy seguro que te contestará “porque lo necesito”. Pero, ¿qué es lo que necesitas del tabaco?, en mi caso era la evitación del dolor, en otros casos, habría que averiguarlo, pero creo que la fórmula debe ser algo así como asumir y combatir la “necesidad de fumar”.

De todos mis intentos, cuestionamientos y reflexiones sobre mi “irracional hábito”, tengo que confesar que este planteamiento de mi amigo, hace ya 10 años, ha sido el que al final más me ayudó cuando por fin me vi motivado y obligado a dejar de fumar hace ya 8 años. Pero he querido presentar esta experiencia de mi vida para introducir el tema de la “necesidad”.

Que es la Necesidad ?

Antes de distinguirlas, hablaremos de necesidades naturales y necesidades específicas. Las necesidades naturales son aquellas que compartimos con los animales (tales como alimentarnos, dormir, etc.), las específicas, son aquellas que emanan de nosotros como seres racionales (afecto, sentimiento de pertenencia, conciencia…). Las necesidades naturales son imprescindibles para subsistir, sin su satisfacción no podemos vivir. Las necesidades específicas son muy importantes para nuestro equilibrio, pero sin ellas podemos subsistir orgánicamente. Hablaremos de “necesidad” cuando nos referimos tanto a las naturales como a las específicas.

Que es el Deseo ?

El deseo es el movimiento, impulso o motivación hacia algo que te apetece, sin lo cual podemos sobrevivir física y psicológicamente. En esto es en lo que se diferencia de las necesidades: la subsistencia.

Todo emprendimiento parte de un deseo por lo general relacionado con la auto-superación. Cuando se anhela algo, al punto de creer que representa el único camino para alcanzar la felicidad, los seres humanos somos capaces de hacer cuanto sea necesario para obtenerlo.

Diferenciar entre necesidad y deseo

Deseo y necesidad, a veces resulta difícil distinguirlos pues pertenecen al mundo del impulso, de la voluntad, del sentimiento y de la motivación. El problema surge cuando proyectamos el deseo en necesidad. A veces porque nos inventamos necesidades que no lo son. Otras porque nos las presentan como tales (marketing) y otras porque en sí mismo resulta difícil distinguirlas.

La necesidad debe implicar (por motivos de subsistencia y adaptabilidad) mucha más descarga de energía que el deseo, hasta el extremo, que no podemos dedicarnos a otros objetivos hasta su satisfacción. Podemos emplear todo el tiempo a nuestro alcance, presente y futuro, a su objetivo. Pero “bien empleado” será ese tiempo, si con ello podemos vivir. El problema surge cuando actuamos de la misma forma al ocuparnos de un deseo. Cuando, literalmente, nos empleamos a fondo en su satisfacción como si la vida nos fuera en ello. Es entonces cuando deberíamos frenar y observar si estamos desperdiciando energía y ¡¡tiempo!! en una necesidad inventada.

En el ejemplo del tabaco expuesto, tanto mi amigo, como yo, habíamos inventado una necesidad. La necesidad de fumar para evitar un dolor, que luego resultó ser ficticio o al menos no tan intenso como imaginábamos. Era un juego de espejos, habíamos creado una necesidad (la de fumar) para evitar otra necesidad (la de no sufrir dolor), y así, estuvimos muchos años enganchados a una dependencia que estaba suponiendo un desgaste a todos los órdenes de nuestra vida, y cuyo único objetivo en el fumar era el pensar que estábamos haciendo algo que nos satisfacía y que al hacerlo obteníamos felicidad o bienestar emocional. ¿Bienestar emocional?, en mi caso particular, cuando dejé de fumar, activé más bienestar, al liberarme de la culpa de estar creando un estado autodestructivo y destructivo para mi familia. ¡Todo un desperdicio de tiempo!.

Concepto de Motivación

Necesidad y deseo no lo entenderíamos sin el concepto de “motivación”. En psicología, la motivación implica estados internos que dirigen el organismo hacia metas o fines determinados, son los impulsos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación, en este sentido la motivación se podría definir como el énfasis que se manifiesta en una persona para satisfacer una necesidad. La motivación está constituida por todos los factores capaces de provocar, mantener y dirigir la conducta hacia un objetivo.

En líneas generales, la necesidad y el deseo a través de la motivación es un componente básico del ser humano que afecta al comportamiento de unas vidas que transcurren en el tiempo.

Como decía Albert Ellis: “Si realmente te mantuvieras en tus deseos y preferencias y nunca las proyectaras a las necesidades y exigencias, muy pocas veces te harías afirmaciones anti empíricas a ti mismo y a otras personas”.

Víctor Rams Maiques

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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