La OMS estima que pasados unos meses, una de cada cinco personas padecerá un problema mental, el doble que en circunstancias normales.
Problemas psicológicos de la crisis del coronavirus
Esta crisis supone un estado permanente, casi crónico de incertidumbre. Incertidumbre en todo: la salud, el trabajo, los estudios…. el futuro. Es la crisis de lo impredecible; nadie sabe nada. Y el ser humano necesita predictibidad.
Esta crisis supone muchos problemas en el ámbito de la salud y en el orden social y económico, pero también en el orden de la salud mental. En el confinamiento y después de él esta crisis va a traer una avalancha de trastornos del ánimo y de ansiedad: depresión, ansiedad, estrés postraumático, mayor consumo de alcohol, violencia machista…., pero además personas que pasaban o que acababan de superar alguna depresión o trastorno de ansiedad, es muy común que en las mismas se reactiven nuevamente esas condiciones, también personas que han visto interrumpidos sus tratamientos de psicoterapia, y sobre todo, el grave problema de la soledad y distanciamiento (algunos casos aislamiento) que lleva consigo esta crisis. No hay que olvidar tampoco a los niños. El primer estudio sobre la incidencia de la cuarentena en los niños ha determinado que el 89% de los menores han presentado alteraciones del comportamiento (inquietud, irritabilidad, miedo, miedo a dormir, intranquilidad….).
Desescalada, la vuelta a la ¿normalidad?
La vuelta a la normalidad, a lo que empieza a denominarse la «desescalada» (hacia la nueva normalidad), además del miedo hacia posibles rebrotes, va a suponer, según todos los indicios, un fenómeno masivo de pérdidas (trabajo, identidad laboral, re adaptación, estatus económico…). Después de un confinamiento tan largo (con todo lo que está suponiendo, duelos complicados, problemas convivenciales de pareja, familia…. etc.) la vuelta a la normalidad no será sencilla. Y lo que podemos asegurar en función de muchos estudios previos es que los problemas psicológicos derivados de la cuarentena en otras epidemias perdurarán meses o años.
Tenemos que estar preparados, ser realistas para lo que se nos viene encima. Tenemos que actuar, bien entre amigos y familiares, entre profesionales, vecinos, instituciones públicas y/o privadas, crear redes de asistencia para estar cerca de quien lo necesite.
Volver a la normalidad pasa por otro golpe difícil de encajar. La nueva normalidad no va a tener nada que ver con la antigua. Salimos de una situación excepcional para meternos en otra. La depresión masiva (como consecuencia de pérdidas de todo tipo), la ansiedad, la ira, el miedo, la frustración, el insomnio….. se pueden prolongar mucho en el tiempo. Hay que tomarse muy en serio las consecuencias psicológicas del confinamiento y la vuelta a la ¿»Normalidad»?
Víctor Rams Maiques
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