En dos blogs anteriores quisimos hablar de dos grupos sociales que personalmente observaba a partir de mi actividad profesional, los cuales personalizaban cada uno de ellos distintas consecuencias emocionales posteriores al estado de alarma en la crisis del COVID 19. El primero y bajo el título de “VUELTA A LA NORMALIDAD Y VACIO EXISTENCIAL” y el segundo “PÉRDIDA DE LA NORMALIDAD Y ETAPA DE PRECONFINAMIENTO”. En cada uno de los dos hablaba , como lo voy a hacer en el presente, de mi visión de psicólogo en activo y desde una muestra limitada de usuarios de mis servicios.
He tratado de ir marcando, más o menos, una diferencia entre cada uno de los blogs de unas tres semanas para ir valorando también la evolución de esta crisis. El anterior lo titulé etapa de pre confinamiento y el actual bien podría titularse, de acuerdo con los últimos acontecimientos “La segunda ola del virus”. “Segundo confinamiento” . Atendiendo a la auténtica realidad, creo que lo más acertado sería titularla: “Rebrotes, irresponsabilidad y pánico”. Y es que según los expertos, el término ola se suele referir a cuando hay un aumento exponencial de casos. Actualmente y afortunadamente, no está ocurriendo en forma generalizada. Al parecer en algunos lugares se observa un aumento de casos que sí se podría interpretar como ola, pero, y repito, parece que esto no es general.
DEL PÁNICO A LA IRRESPONSABILIDAD
Esta situación de intento de control de los rebrotes está produciendo una serie de consecuencias emocionales y conductuales en una población general desorientada, alarmada y en algunas ocasiones irresponsable a pesar de los acontecimientos de expansión y de rebrotes.
Me gustaría hablar de los dos extremos de estas manifestaciones emocionales, de una población que va del pánico a la irresponsabilidad, pasando por unas manifestaciones intermedias que como en tantas conductas humanas, serían las más abundantes y frecuentes.
CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS Y EMOCIONALES DE LAS PERSONAS QUE SE SITÚAN EN EL GRUPO DEL PÁNICO Y EL DE LAS QUE SE SITÚAN EN LA IRRESPONABILIDAD
El primer grupo, el del pánico, lo formarían personas que poco a poco han vuelto a partir de las últimas y diarias noticias a un estado emocional de incertidumbre, miedo, pánico, irritabilidad, y a un estado de auto confinamiento personal a pesar de la época estival y al cansancio del estrés precedente.
Respecto al segundo grupo, marcado por la evitación, la irresponsabilidad conductual y la escasa resistencia a la frustración en lo emocional, está determinado por los más jóvenes, aunque sería injusto generalizar, en la realidad muchísima juventud se encuadra en el grupo de posición intermedia entre el pánico y la irresponsabilidad, aunque también se encuadran muchos en el primer grupo de pánico. Este grupo de irresponsabilidad estaría comprendido den una media de edad de 30 a 40 años (muchos con su actitud han sido los iniciadores de rebrotes).
Respecto al primer grupo, el grupo del pánico, estaría formado por personas con una cierta inclinación a la ansiedad generalizada donde la preocupación se solapa a las múltiples preocupaciones en un “bucle sin fin”. También personas con un estilo de pensamiento especialmente negativo y ansiógeno que aún a pesar de percibir la interrelación pensamiento-emoción, no pueden parar en el doloroso círculo del pánico. Son personas que deberían utilizar los servicios de la psicoterapia si no quieren recorrer el doloroso camino de los trastornos e ansiedad y las diferentes modalidades ansioso-depresivas.
El otro grupo, el de los irresponsables, estaría marcado por el determinante fenómeno social de la BTF (Baja Tolerancia a la Frustración). Toda una generación criada por unas directrices paternales caracterizadas por la sobreprotección. Un grupo históricamente egocéntrico, arrogante e inmaduro. Aunque para mí que los más inteligentes, empáticos y cultos son los que señalábamos anteriormente como los que se libraban de la generalización valorativa. Este grupo, caracterizado por la BTF y significado por muchos como de catástrofe educacional, son en parte, significativos responsables de muchos rebrotes, al no poder resistir el esfuerzo de evitar el goce y el deseo actual (convertido en necesidad). No sólo me refiere al ocio nocturno, me refiero al hecho de no poder resistir a las mascarillas, al abrazo o al beso en las desproporcionadas reuniones familiares y grupales, a las escapadas de control, a las fiestas del botellón…. Me refiero a este grupo de inconscientes del que se hace difícil su recuperación aunque paradójicamente, en la actualidad, todos dependamos de ellos.
Víctor Rams Maiques
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