¿Que es la vigorexia?
Las personas que tienen una gran obsesión por su aspecto físico, que se pasan mañana y tarde en el gimnasio y que manifiestan una conducta de mirarse constantemente en el espejo y que nunca se encuentran satisfechos con su cuerpo padecen una enfermedad mental conocida como vigorexia. Una enfermedad que sólo en España la pueden padecer sobre 700.000 personas.
Se trata de un trastorno presente en una sociedad donde el culto al cuerpo se ha convertido en una obsesión. Una sociedad donde «el tanto tienes tanto vales» se ha convertido en la esencia de «un martillo pilón» que golpea la autoestima de un grupo social cada vez más joven.
Factores etiológicos de la Vigorexia
Esta es la base del trastorno: obsesión y autoestima baja. Y es que los que padecen vigorexia pueden padecer, quizá sin saberlo una predisposición a los comportamientos obsesivos y compulsivos. Otros factores predisponentes pueden ser, como en la anorexia un nivel bajo de tolerancia a la frustración y un nivel alto de autoexigencia. Y este último rasgo es lo que caracteriza al vigoréxico, distinguiéndolo del comportamiento normal de un usuario de gimnasio que lo único que busca es un buen estado de forma física, de salud y también, porque no decirlo, una apariencia saludable. La autoexigencia del vigoréxico le lleva al consumo de sustancias dopantes, anabolizantes… con sus efectos secundarios perjudiciales, prácticas desmesuradas de ejercicio con sus consecuencias: fatiga generalizada, aumento del dolor muscular y articular, dietas estrictas… y un largo etc, de conductas desadaptativas.
Esta obsesión por el aumento de la masa muscular se caracteriza por varios factores: dependencia y tolerancia. Se trata de una dependencia, una adicción que provoca que se eludan muchos compromisos de trabajo, familia o amigos. La tolerancia indica que cada vez hace falta más ejercicio para alcanzar la misma sensación.
Se trata pués de un trastorno cuya naturaleza se condiciona a través de varios aspectos: Autoestima, dependencia, obsesión, compulsión, baja tolerancia a la frustración e insatisfacción crónica. Todo dentro de un contexto cultural gobernado por el culto irracional al cuerpo.
Pero entre todos estos aspectos para mí la autoestima es un factor etiológico central. Una autoestima contextual centrada en la superación y no en la autoaceptación.
Un modelo de superación que en este caso nos lleva a una insatisfacciòn crónica y permanente, motivo por el cual clasificaría personalmente a este trastorno dentro del campo de las adicciones.
Relación irresponsable dentro de las redes del culto al cuerpo con la autoestima
Pero este sentido ilusorio y dañino de la superación está comenzando a producir una serie de manifestaciones singulares por parte de personas posiblemente afectadas por este trastorno.
Personas que bastante satisfechas, al parecer, por sus enormes y voluminosas masa musculares, tratan de transmitir un mensaje espiritual sobre el valor de la superación. Como supuestos consultores y asesores del campo de la psicología del crecimietno y la motivación, se atreven con sus consejos, a entrar en el intrincado campo de la autoestima y del crecimiento psicológico, sin darse cuenta que éste es un terreno vetado al profesional formado en teorías científicas y versado en la práctica clínica.
Dar consejos sobre cómo aumenta la autoestima a partir de la superación muscular y generalizar a partir de aquí sobre otros ámbitos de la conducta humana puede resultar sumamente peligroso y desde el punto de vista psicopatológico puede resultar como mínimo contaminante y contagioso.
La «autoestima sana» en el campo de la salud mental tiene que estar basada en una autoaceptación incondicional y no partir de una actitud casi compulsiva de superación obsesiva sobre diferentes objetivos que nada tienen que ver con un profundo respeto sobre la grandeza de cada una de nuestras idiosincrasias individuales. Unos consejos que técnicamente se dan por un profesional preparado dentro del campo de la psicología sanitaria.
Unos consejos simplemente basados en cómo se ha producido un crecimiento muscular pueden activar sentimientos obsesivos y frustrantes en personas que por edad, formación, capacidad…. etc, no están aún preparadas para entender la simpleza de los mismos. Un adolescente a través de las redes puede recibir mensajes sumamente letales en un periodo de su vida donde la autoestima es una variable fundamental de su personalidad.
Relacionar irresponsablemente en las redes el culto al cuerpo con la autoestima pueden resultar sumamente peligroso. La vigorexia, la anorexia, la dismorfia corporal, la dismorfia snapchat, uso de sustancias ergogénicas…. etc, se han convertido en combinacion con el uso de las redes, en auténticas epidemias letales para la salud mental de los jóvenes.
Víctor Rams Maiques
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